Viajar entre Espejismos
Mucho
se puede decir y leer sobre los viajes. Los hay dentro del mismo país, a otros,
podemos viajar con la imaginación, en sueños, podemos intentar hacer viajes
interplanetarios, decir “no viajes sin decirme a dónde vas” o rezar “viajar te
fortalece el corazón”. También solemos decir que un libro te transporta a otro
lugar, su destino depende mucho del viajero y, por supuesto, del libro.
Espejismos[1] es una historia sobre viajes, pero este libro no se
transporta de ninguna de esas maneras: es una travesía por generaciones
pasadas, un viaje a un tiempo de historias contadas por abuelxs. Un viaje a un
tiempo anterior con la mirada del ahora.
La
fusión entre la narración e ilustraciones de Irene Singer sobre las fotografías
de Gabriel Giovanetti son ensoñaciones, dignas representaciones de películas
mentales, recuerdos que van llegando cuando unx camina. Por ejemplo, voy por el
costado de una rambla y de repente el paisaje que estoy viendo se fusiona con
un recuerdo. Es una suerte de espejismo en la calle.
Lxs
autorxs ofrecen la historia del abuelo que dejó su ciudad natal y viajó en
barco por muchas otras ciudades desconocidas; en una de ellas lo esperaba un
mono al que nadie más que él le prestaba atención y que luego lo acompañó con su mirada
persistente a otros viajes. El mono tenía un secreto en la mirada y cuando el
abuelo lo descubrió, recién ahí, continuó su viaje solo. Luego conoció a una compañera y
así y asá, fueron llegando las nuevas generaciones en el nuevo lugar donde
decidieron quedarse y construir su hogar. De este modo, alguien decide
contarnos la historia que disfruta en sus meriendas cuando la cuenta su abuelo.
Entre
viajes se suman personas, objetos, palabras, miradas y visiones para
reconstruir/reconstruirse: eso creo que es lo más valioso del recorrido. No sé
si unx crece, pero por lo menos no se estanca, porque estancarse es lo opuesto
a crecer. Un espejismo da aire, veo donde no hay lo que veo, pero seguramente es
otra cosa la que está después. El espejismo me atrapa para que vaya, para que,
a veces, contracorriente viaje.
Suelo
leer en términos de lo que yo denomino -no de manera original- como LCC (lecturas
cruzadas casuales). Leí el poemario de Juana Bignozzi por primera vez hace ya
unos años, pero cuando guardé Espejismos
nuevamente en la biblioteca, algo me hizo ir a buscar Si alguien tiene que ser después[2].
Y la memoria que es aliada, habló con seguridad. Porque acá está el poema de
Bignozzi que camina entre Espejismos,
recorre las ilustraciones superpuestas de Singer a las fotografías de
Giovanetti; cruza palabra y cielo, linaje y encuentro, reconstrucción y
espejismo, encuentro con, de una u otra forma, lxs paisanxs del pasado y del
futuro.
nunca
tuvo un gesto un gusto
un
peinado ni unos zapatos
que
hubieran hecho sospechar
que
podía o quería ser otra
alguna
vez le dijo a su única hija
esa
noche cuando el tren hizo una parada
hubiera
empezado a caminar
por
esa ciudad que no conocía
y
nunca me habrían encontrado
y
allí vislumbré a la que siempre supe
era
mi verdadera madre
y
no esa señora dura y lúcida con la que me crié
ella
y yo finalmente
mujeres
que no fuimos ni vinimos
sólo
aparentamos quedarnos
Cuando
terminé de leer Espejismos, recordé
un cuadro que tienen mis nonxs en el recibidor. Un cuadro fotografía que
colgaron hace poco tiempo: una fotografía de mis bisabuelxs de jóvenes con el
montaje de otra foto en medio, la foto de un bebé, su primer hijo
que falleció en Italia. ¿Por qué ese cuadro lo colgaron ahora, a sus ochenta
años? ¿Es un espejismo para seguir viajando? Es la técnica de Singer-Giovanetti
en la casa de mis nonxs, un día alguien va a descolgar ese cuadro y a dibujar
también sobre él. Yo, por mi parte, escribí este poema:
Italia /
Argentina
¿Con qué estado de ánimo
se
cruza un océano en un barco gigante
y
se deja atrás
lo
que se aprendió a nombrar?
¿Qué
último recuerdo secreto
queda
en la mirada de mis abuelos,
su
antigua casa será
escombro
de falsas ilusiones?
¿Si
se muere un primer hijo
qué
prenda suya llevaría en el barco?
¿Si
nuestros muertos aparecen
en
los sueños
somos
su hogar por esa noche?
¿Con
qué sueñan
los
buscadores de lugares?
Empiezo
de nuevo.
¿Con
qué estado de ánimo
se
cruza un océano?
[1] Espejismos, Irene Singer y Gabriel Giovanetti. Calibroscopio.
Buenos Aires.
[2] Si alguien tiene que ser después, Juana Bignozzi. Adriana Hidalgo
editora. Buenos Aires. 2010.
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