Aprender a leer



¿Qué significa leer por primera vez? ¿Qué partes del cuerpo se ponen en juego? ¿Qué libros acompañan esos procesos?

No conservo en mi recuerdo la primera vez que leí una palabra, sé que mi mamá me enseñó y puso su amor y su tiempo en ayudarme a recorrer el abecedario. Sí tengo el recuerdo de lo que para mí fueron las primeras palabras que leí sola, sin adultxs a mi alrededor: rana y mariposa, inscriptas en unos carteles de mi jardín de infantes, rodeada de compañeros y compañeras. Con esto intento encontrar un principio, quizá ficcional, quizá no, a un mundo que se me reveló entero pero en partes, sin teoría, un mundo que me permitió refugiarme durante la primaria de comentarios crueles sobre mi cuerpo, que me mostró por primera vez el poema de Machado “Las moscas” en un manual, un mundo al que puedo recordar como decenas de linternas alumbrando en todas direcciones y las palabras reluciendo en el centro multidimensionalmente.

Hace poco mi mamá desarmó una de las bauleras de su casa y encontramos la tabla de abecedario que la señorita Dolores nos había dado en primer grado. Aprender a leer, tener la enorme posibilidad de contar con otras personas, que tomen nuestra mano y nos ayuden a trazar. Una mano sobre otra mano, como una especie de vagón que lleva a muchos lugares a la vez. Primero en compañía. Después seguimos con el envión. El aprendizaje de la lectura autónoma nos abre uno de los caminos al autoconocimiento, la reflexión a partir de lo otro, el encuentro con otrxs, símbolos que toman sentido a medida que nos expandimos y nos vamos fundiendo con el mundo.

Este verano, además de encontrarme con el abecedario, también me encontré con diferentes libros de editoriales argentinas que tienen uno; libros que son pequeños vagones, cálidos como el abecedario de la señorita Dolores, porque tienen una historia atrás de cada letra. Acá los comparto:

ABC, mi primera cocina, escrito por Natalia Romero e ilustrado por Yael Frankel, tiene una página dedicada a cada letra del abecedario, a lo largo del libro se narran fragmentos de una cocina compartida, la cocina de la infancia: aromas y sabores intransferibles pero constitutivos de una persona.



Vocales es un libro de la editorial cooperativa Muchas nueces. Bajo la premisa ‘¿qué formas ves bajo otras formas?’, abre el juego y recorre una a una las vocales. Mediante diversas propuestas invita a pintar, escribir, recortar y confeccionar una obra propia.



Hoy me siento, escrito e ilustrado por Madalena Muniz, es un libro que tiene una letra del abecedario por página, cada una de ellas es la inicial de una palabra que aparece ilustrada a su lado. Las palabras elegidas, tal como sugiere el título, indican emociones: Hoy me siento curioso, feliz, invisible.



Me gustan mucho las palabras de Yolanda Reyes “la cara humana es el primer libro que leemos en la vida” y me atrevo a agregar que la mano del otrx es el primer lápiz que tomamos para escribir. Entre todas las utopías que tengo, está que a nadie le falte, al menos, un par de manos que den el calor de los primeros trazos conjuntos.

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